Pierdo el tiempo.
Veo mi respuesta pasar ante mis ojos. La veo pasar y no hago nada. Sólo pensar cómo sería. Aspiro a eso que no tengo. ¿Es realmente tan importante?, bueno, eso parece. Y pensar que lo más intenso que te puede pasar en la vida dura tan poco, y luego, te pasas los días esperando encontrar algo que lo iguale o que lo supere. Pero no, sabes que es difícil reemplazar a alguien. ¿Difícil?, bah, qué digo, sabes que es imposible, pero necesitas engañarte para sacar el valor de algún lugar de tu destructurado cerebro. Las cosas se terminan, aprende a aceptarlo, pero si ni lo intentas no te quejes, no intentes inventar una solución cuando la única solución es quitarle importancia. Eso sigue estando, sigue existendio, y qué más da que nadie te entienda ni te respete, ni que te ayude ni que te consuele en los momentos débiles. Crees que le necesitas, pero no estás en lo correcto. ¿Por entregarle tu vida ya significa que sea suya?. Tú puedes poner tus propias normas, tus propios significados. Si te expandes tanto no pretendas que nadie te entienda, hay que saber tomar la medida conveniente, y en ello se incluyen errores.
Los mejores errores son en los que te equivocas.
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