Podría decir adiós y pasar página. Podría verte con otros ojos, incluso podría apartar tus fotos y guardarlas en algún lugar donde tenga la certeza de no volver a verlas en muchos años.
Por supuesto que podría fingir que no me importas, que todo cuanto me dijiste no dejó tal huella en mi, y que los pájaros que me despiertan cada mañana al amanecer no me murmuran tu voz a lo lejos. Pero aunque a veces me lo pregunte con gran duda, en estos años últimos he podido saborear el amargo sabor del recuerdo.
Hace tiempo que dejé de creer en cuentos de hadas. Pero eso no quiere decir que no sueñe con tener el mío propio. La pregunta que atormenta de cierta forma a mi mente es si realmente algún día podría aprender a vivir sin ti. Y sé que soy joven para tener algo seguro, ni si quiera estoy segura de que algún día llegue a pensar con seguridad, pero es que realmente, se me hace imposible pensar que no compartiremos sueños y experiencias.
No, claro que no. Yo estoy aquí, y mientras siga respirando, mientras siga viviendo los segundos que nos regala esta complicada vida yo te estaré esperando. Y es tal mi sufrimiento que no me importa perderme en rutas fuera del camino, porque sé que todos me llavan a ti.
Si tu m pides que me vaya lo haré, y no volveré la cara atrás. Tampoco derramaré reproches ni mostraré decepción. Yo sueño contigo, porque soy la única dueña de mis actos, pero, ¿ cómo hablar si cada parte de mi mente es tuya?, y no, tampoco encuentro nunca la palabra exacta, pero no me importa, no me importa si desperdicio los segundos en cosas que no tienen la más mínima importancia para ti, porque yo estoy convencida de hacer lo correcto.
Tiraré libros, silenciaré canciones, pensaré a oscuras... pero nadie podrá quitarme el derecho de soñar con tus brazos, ni si quiera tú.
y si te pido que me dejes ir lo harás, yo lo haré, pero me engañaré. No puedo huir de mi misma, no lo intentaré tampoco. Y aquí estoy, recordándote en vano, regalándote circunstancias y ahorrándote dolor, un dolor, que no comprendo...
Tú eres esa persona que sé que nunca podré apartar del mismo lugar de mi mente.
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